¡El periódico EL MUNDO sobre las naranjas de los consumidores!

Citricultor Quién es el jefe - la marca de los consumidores

¿Quién es el jefe?

Si para las grandes cadenas alimentarias así como para el productor inicial, el jefe es sencillamente el consumidor, esta campaña da voz y voto a los compradores para que realmente decidan sobre los procesos de fabricación, distribución y precio de los alimentos que toma. 

 

¿Quién es el Jefe? Es una campaña para dar voz y voto al consumidor y hacerle partícipe de los detalles del proceso de producción y fabricación de los alimentos que toma y de los artículos que compra. Tras evaluar la leche, los huevos y el aceite de oliva a partir de 10.000 votaciones, la campaña se centra ahora en las naranjas.

Si para las grandes cadenas alimentarias así como para el productor inicial (en este caso el citricultor), el jefe es sencillamente el consumidor, éste colectivo tan numeroso no se observa a sí mismo en la cúspide de la cadena de poder y mando. Ahora tiene la oportunidad real de serlo.

SOBRE LOS CÍTRICOS

Para decidir cómo son los cítricos que queremos y cuánto estamos dispuestos a pagar por ellos, ¿Quién es el Jefe? La marca de los consumidores ha lanzado en internet el 4º cuestionario para determinar los criterios más importantes de la producción y comercialización de las naranjas; la remuneración a los productores; el tratamiento después de la recolección; o el apoyo a un fondo destinado a luchar contra el desperdicio alimentario. Estará activo hasta el 21 de marzo.

A pesar de que España es el sexto país productor y el primero exportador de cítricos del mundo, muchos de los campos están siendo abandonados por su bajo rendimiento económico, explican los impulsores de la campaña. A esto se suma el gran desperdicio que generan los estrictos requisitos estéticos en origen, que provocan que millones de kilos de fruta sean derivados directamente a la industria del zumo o a la alimentación animal a cambio de muy bajas remuneraciones.

«Los grandes distribuidores marcan las directrices por su gran influencia en los mercados, unas directrices que en muchos casos van en detrimento del agricultor, que ya no tiene margen para que el trabajo sea rentable», comenta David Esteban Segarra, citricultor «a tiempo completo» de la Vall d’Uixó (Castellón).

Para Esteban, la pandemia ha puesto de relieve que la industria alimentaria es un gran negocio para las grandes distribuidoras y comercializadoras, «que ahora empiezan también a controlar la producción, adquiriendo campos abandonados o aliándose con empresas del sector».

PERO DECIDE LA INDUSTRIA

Con todo, el consumidor, «es el jefe», porque es, en última instancia, quién decide. Pero la inercia, la publicidad, la comodidad y el fácil acceso, «arrastran» su decisión hacia donde quiere la industria, añade Esteban.

Cuando encontramos naranjas en oferta o sudafricanas en cualquier lineal del supermercado, generalmente, «desconocemos la realidad del campo autóctono como que cada día se abandonan unas 6 hectáreas de cultivo en la Comunidad Valenciana, con los cítricos a la cabeza», recuerda Ana Estrada Cabezas, responsable de la iniciativa a nivel nacional.

¿Quién es el Jefe? busca contribuir al cambio de esta situación mediante la catalización del diálogo entre consumidores, productores, industria y distribución, de tal manera que la transparencia y la equidad en la cadena quede garantizada. «Alimentos justos para los productores, con criterios superiores de sostenibilidad y de los que conocemos todo con total transparencia», resalta Estrada.

 

Así, «acercar el campo valenciano al comprador de todo el país y poner en valor la fruta y sus productores, se puede realizar de una forma simple y de sentido común: sacar al mercado naranjas cuyos criterios de producción y precio justo sean elegidos por consumidores de toda España a través de un simple cuestionario al que se puede responder en la web https://lamarcadelosconsumidores.es/».

Los citricultores se podrían beneficiar de una cadena alimentaria honesta, justa y transparente para un alimento tan fundamental en su economía. El cliente a su vez obtiene «un producto de calidad, respetuoso con las personas que hay detrás y cuyos criterios de producción y precio conoce».

Con estas campañas, «queremos apelar al sentido común y poner en valor el poder que tenemos como consumidores para modelar y mejorar el mundo a partir de nuestras decisiones de compra». «Así creamos nuestra marca: La marca de los consumidores, porque el jefe de lo que comemos podemos ser todas y todos. De esta forma, todos ganamos», concluye Estrada.

 

Artículo escrito por Sandra Morales para el periódico El Mundo Castellón; para leer la publicación original, click aquí